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Las actividades subacuáticas encuentran en Gran Canaria un sinfín de posibilidades. La isla sorprende lo mismo por sus fondos que por sus paisajes terrestres, y existen rutas concretas obligatorias, que acercan a los distintos municipios a los amantes del buceo deportivo. En la misma capital se encuentra la playa de Las Canteras, cuya riqueza geológica la convierte en un punto de inmersión obligatorio para conocer su popular Barra, formada por arenisca compactada. Las Canteras es un gran acuario que La Barra cierra a los embates del mar abierto, lo que ha originado unas características tales en sus fondos que son frecuentados por especies animales, y especialmente vegetales, que no se conocen en ningún otro lugar del Archipiélago. Saliendo de la ciudad por el sureste se llega al municipio de Agüimes, un pueblo de algo más de 15.000 habitantes que cuenta entre su zona costera con el barrio de Arinaga, donde se puede hacer la mejor inmersión de la Isla y una de las ocho mejores que se pueden hacer en Canarias en el lugar conocido como El Cabrón. No se puede bucear en Gran Canaria sin haber atravesado la carretera de tierra que nos lleva al veril donde, cómodamente, los clubes turísticos y buceadores locales se citan en cualquier época del año. La inmersión empieza en el lugar conocido como El Hoyo, un hueco entre las rocas del litoral donde apenas hay tres metros de profundidad, lo que nos permite dar un último repaso al material antes de seguir con la inmersión y, a la salida, hacer cómodas descompresiones. A partir de El Hoyo comienza una plataforma rocosa que en sus primeros metros se encuentra recubierta por una banda de algas fotófilas de la especie Cystoseira abies-marina. A continuación, el blanquizal nos recuerda la presencia de los erizos, que son constantemente superados por numerosas especies entre las cuales destacan varias de sargos, viejas o peces loro, chopas, etcétera. Una vez que nadamos sobre los doce metros de profundidad, la plataforma rocosa nos presenta una caída de 23 metros que constituye el veril de El Cabrón y donde se encuentra la mayor concentración de peces. En su base abundan las cuevas y grietas que dan refugio a los verrugatos (Umbrina canariensis y Umbrina cirrosa), algunos ejemplares de brota y de catalufas (Heteropriacanthus cruentatus). Por delante del veril domina la arena en la que se asientan los salmonetes, las herreras, y la popular roncadera de El Cabrón, formada por un enorme cardumen de peces de la especie Pomadasys incisus.
La vista de angelotes (o pez angel) es frecuente en los fondos de Gran Canaria Son frecuentes las viejas, sargos y salmonetes, y al igual que en El Cabrón existe un grupo más compacto aún de roncadores. Su formación es ideal para la fotografía submarina. Al tratarse de un lugar alejado de la costa, la Baja de Pasito Blanco es zona de paso de peces pelágicos costeros como el peto, el bonito listado, la sierra y grandes medregales, principalmente en primavera y verano, cuando las aguas son más templadas aún que en invierno, pese a que en los meses fríos rara vez baja de los 16 ó 17º. Sardina del Norte Rodeando la Isla, ya en su vertiente Norte, se encuentra el municipio de Gáldar. A la salida del mismo está la localidad de Sardina del Norte, un lugar frecuentemente visitado por los buceadores de Gran Canaria, especialmente por la comodidad que supone equiparse en su pequeño muelle pesquero. El gran atractivo de este punto es la inmersión nocturna en las inmediaciones del dique. El fondo está constituido por una zona rocosa que se localiza junto a la costa y que desciende unos 16-17 metros hasta dar lugar a enormes rocas y amplias cornisas. A partir de ahí, mar adentro, el fondo es predominantemente arenoso. Durante la inmersión nocturna es posible observar numerosas especies de invertebrados y de peces que permanecen ocultos durante el día y por la noche desarrollan toda su actividad. Entre los cnidarios cabe destacar a la anémona, que se fija con su disco basal a los bloques, el coralito, y otras especies de antozoos. Aparecen también numerosas especies de moluscos que se desplazan sobre las rocas. Sobre la arena es posible localizar diferentes especies de caracolas que de día permanecen enterradas. También es frecuente la observación de algún calamar, de sepias, y pulpos. Destacar la presencia del lenguado que durante el día permanece enterrado, los burritos listados de la especie Parapristipoma octolineatum, o los besugos, entre otros. Caleta de Abajo En el mismo término municipal se encuentra la zona denominada Caleta de Abajo, un lugar expuesto al oleaje del Norte, de forma que sólo en determinados días se puede practicar la inmersión en esta zona. No obstante, esos días son bien recordados por los buceadores por el laberinto que se forma con las grietas y cuevas en esta parte del litoral grancanario. Al ser un lugar muy batido, no aparecen poblaciones de erizos. Por este motivo, el fondo presenta una densa cobertura algal. Desciende sobre una plataforma rocosa, surcada por numerosos barrancos, y en torno a los 25 metros de profundidad comienza el sustrato arenoso. En la zona de transición entre los dos sustratos, son frecuentes las pastinacas, así como el pez ángel o angelote (Squatina squatina). Entre los peces óseos, encontramos roncadores, burritos listados, sargos y salmonetes. Otra atracción de esta inmersión es la cueva situada en la base del veril, de grandes proporciones, en cuyo interior hay grandes anémonas. A su alrededor se pueden observar gambas, y en el interior de la oquedad se producen surgencias de agua dulce que dan lugar a un efecto curioso en la visión cuando se mezcla con el agua del mar. Otro crustáceo frecuente en el interior de esta cueva es el centollo (Maja squinado). Gran Canaria es un lugar de visita obligada para los amantes de las buenas inmersiones que también pueden optar por otras zonas como las cuevas de Veneguera, la Punta del Descojonado o los arrecifes artificiales. Por otra parte, los numerosos barcos hundidos que existen en su litoral, consecuencia y demostración de la importancia de sus puertos desde finales del pasado siglo, convierten a este continente en miniatura, en la mejor Isla del Archipiélago Canario para el buceo en pecios, una apasionante aventura que conjugar en nuestra visita a esta porción de tierra que muchos consideran un vestigio de la desaparecida Atlántida.
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Texto: José Barrera Artiles
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