Cómo 
    reducir nuestro 
    consumo de aire al bucear 
    
    por  
    John Francis 
    Traducción y adaptación de Miquel 
    Pontes
    
     
    
    
     s una ecuación 
    simple: Más aire equivale a más tiempo de fondo, y más tiempo de fondo 
    equivale a más diversión. Ésta es ya razón suficiente para poner en práctica 
    los siguientes consejos para conseguir el máximo partido de cada botella de 
    aire. Pero hay otros motivos: una mayor reserva implica mayor seguridad en 
    caso de emergencia, por ejemplo, o el hecho de nunca tener que finalizar una 
    inmersión antes de tiempo por habernos quedado sin aire. 
     
    ¿A dónde nos lleva todo esto?  
     
    Algunos buceadores pierden mucho aire antes de que éste llegue siquiera a 
    sus pulmones; bien porque respiran de forma ineficaz, bien porque usan más 
    energía de la necesaria a lo largo de una inmersión. Usar energía significa 
    usar aire, porque el oxígeno del aire es necesario para "quemar" calorías.
     
     
    Hay algunas medidas que puedes tomar para mejorar inmediatamente tu consumo 
    de aire, sobre todo con pequeños cambios en tu equipo. Después de esto, la 
    mejora provendrá de cambiar tus hábitos de buceo.  
     
    Los ajustes rápidos  
     
    Soluciona las fugas de las juntas tóricas y de las otras conexiones del 
    circuito de aire. No te olvides de la conexión del manómetro de la consola 
    ni del inflador del jacket. Puedes necesitar la colaboración de tu compañero 
    de buceo para encontrar las posibles fugas de la parte posterior de tu 
    equipo. Las fugas siempre se muestran como una procesión de burbujitas, más 
    o menos abundantes.  
     
    Haz que comprueben tu regulador. Cuando funciona con la eficacia 
    máxima, necesitarás menos esfuerzo (y perderás menos energía) al aspirar 
    aire a través de él.  
     
    Cerciórate de que tu "octopus" no pierda aire. Ajústalo en tu equipo 
    de forma que la boquilla quede siempre orientada hacia abajo. 
     
    Hidrodinamiza tu equipo. Mejorar nuestra hidrodinámica es una de las 
    maneras más fáciles de gastar menos aire. A más resistencia al avance, más 
    energía gastada, por tanto, deja en tierra todo lo que no vayas a necesitar 
    durante la inmersión.  
    Procura meter el resto del material en los 
    bolsillos del jacket, en vez de llevarlo colgado en las anillas del mismo. 
    Si tienes que colgarlo, ponlo de forma que quede lo más cercano posible al 
    cuerpo. Si deseas llevar tubo respirador, guárdalo en un bolsillo o en el 
    interior del jacket, o átalo con una correa a tu pierna. Fija el manómetro o 
    consola al jacket y no lo dejes colgando.  
     
    Sitúa tus manos cerca del cuerpo al nadar. No lleves los brazos 
    abiertos ni intentes nadar con los brazos; toda la propulsión bajo el agua 
    debe ser responsabilidad de las aletas. 
     
    Cerciórate de que estás utilizando la mejor forma de nadar para tu estilo de 
    aleta y procura mantener los movimientos de tus aletas dentro de la 
    corriente generada por tu cuerpo; fíjate en los peces... a ellos no les 
    cuesta gran esfuerzo nadar... 
     
    Soluciones a largo plazo 
     
     
    En el curso de buceo nos enseñan a respirar "normalmente" debajo del agua. 
    Este consejo está pensado para relajar al estudiante y para simplificar la 
    lección, pero no es correcto si queremos hacer durar el aire de la botella. 
    De hecho, el patrón de respiración subacuática más eficiente no es 
    precisamente "normal". 
     
    Respira profundamente. Una inspiración profunda al respirar hace que 
    el aire llegue hasta los más pequeños alvéolos de nuestros pulmones, que es 
    donde tiene lugar el intercambio de gases. Esta forma de respirar reduce el 
    volumen de "aire viciado" que siempre queda en nuestros pulmones, garganta y 
    boca de la respiración anterior, de forma que la mezcla es más rica en 
    oxígeno. Aunque en cada respiración utiliza más aire, se tiene que respirar 
    menos veces, por lo que el efecto resultante será que empleamos menos aire.
     
     
    Consejo: Concéntrate en exhalar completamente el aire tras cada 
    respiración. Esto también reduce la cantidad de "aire viciado" que queda en 
    los pulmones y mantiene el nivel del dióxido de carbono más bajo. Un nivel 
    alto de CO2 en sangre activará la siguiente inspiración aunque el nivel de 
    oxígeno en sangre sea adecuado. Por otro lado, una exhalación profunda 
    prolonga el tiempo antes de que sientas la necesidad de otra inspiración.
     
     
    Respire lentamente. Mientras que el aire pasa de la botella a 
    nuestros pulmones, se crea una turbulencia en cada abertura estrecha y cada 
    esquina del circuito de aire. Las turbulencias reducen el flujo de aire. 
    Esto es más que evidente cuando notamos cierta resistencia al respirar 
    incluso con los mejores reguladores. Una cierta turbulencia es inevitable, 
    pero debemos ser conscientes que esta turbulencia se incrementa 
    dramáticamente cuando intentas respirar rápidamente —pensemos que un barco 
    rápido genera una estela más grande al navegar que un barco lento—. Para 
    reducir al mínimo resistencia del regulador, inspira lentamente y espira 
    lentamente.  
     
    Consejo: Respira más lentamente al bucear a mayor profundidad. La 
    turbulencia aumenta con profundidad, porque el aire es más denso. El 
    concentrarse en un ritmo respiratorio lento rinde mayores beneficios con 
    inmersiones profundas. 
     
    Haz una pausa después de inhalar. Dales más tiempo a esos alvéolos 
    para que trabajen, aguantando la respiración durante algunos segundos antes 
    de exhalar el aire. Para evitar cualquier riesgo de embolismo, lleva a cabo 
    tu respiración extendiendo la cavidad pulmonar con el diafragma. No cierres 
    la epiglotis, sino que mantén el pecho hinchado y la vía aérea abierta. En 
    superficie, el patrón de respiración normal es inhalar-exhalar-pausa; bajo 
    de agua, el patrón más eficiente es inhalar-pausa-exhalar.  
     
    Consejo: Prueba el Yoga. No, ¡en serio!. Los ejercicios de yoga 
    enseñan a conocer y controlar tu patrón de respiración. Los buceadores que 
    practican yoga generalmente rebajan su consumo de aire. 
    Relájate. Es más fácil decirlo que 
    hacerlo. Pero cuando te relajas, respiras más lentamente y más profundamente 
    de forma natural. Por otro lado, una respiración ligera y rápida es la 
    respuesta natural de nuestro cuerpo a la ansiedad. La ansiedad ocurre cuando 
    se acumulan tensiones físicas y psíquicas. Si notamos esta ansiedad debemos 
    parar, identificar cual es la causa de la misma y tomar las medidas 
    adecuadas.  
     
    Mejora tu forma aeróbica. Mediante el ejercicio aeróbico el cuerpo se 
    acostumbra a hacer más trabajo con menos aire —quedarse sin respiración es 
    sinónimo de no estar en forma—. Es probable —aunque no se ha comprobado— que 
    un sistema cardiovascular más fuerte es más eficiente a la hora de eliminar 
    el nitrógeno acumulado durante la inmersión. 
     
    Muévete lentamente. Este punto está relacionado con la respiración 
    lenta. El agua genera una fricción —provocada por la turbulencia— cuando 
    pasa alrededor de nuestro cuerpo. Esta turbulencia se incrementa de forma 
    exponencial cuanto más rápido nos movamos, lo que significa que nadando el 
    doble de rápido se genera como cuatro veces más turbulencia, la cual 
    requiere cuatro veces más energía para superarla y para producir esta 
    energía utilizamos cuatro veces más aire.  
    Todos los movimientos, no solo la natación, 
    deben ser lentos. Dé vuelta a tu alrededor lentamente, ajusta la correa de 
    tu aleta lentamente... como si estuviéramos sumergidos en miel.  
     
    Aletea eficientemente. Una vez más la meta es reducir al mínimo la 
    turbulencia. Generalmente, los movimientos de la aleta han de ser cortos 
    para que las aletas permanezcan dentro de nuestra "estela" de turbulencia, 
    reduciendo así la fricción al mínimo. Asimismo, debemos aletear con toda la 
    pierna, desde las caderas, no desde las rodillas. Para bucear (a diferencia 
    de la pesca submarina, donde se tiene aire ilimitado) van mejor las aletas 
    cortas que las aletas largas. Estas últimas dan más velocidad pero requieren 
    mucha más energía y por tanto mucho más aire. 
     
    Consejo: Haz los desplazamientos por superficie con el tubo 
    respirador o nadando de espaldas. El aleteo no será tan eficiente en la 
    superficie, pero el aire es gratis. Si tu meta es conservar tu energía en 
    una nadada larga, hazla sumergida. Pero si intentas conservar el aire de tu 
    botella, no lo utilices si no tienes que hacerlo.  
     
    No utilices tus manos. Reduce al mínimo la superficie que tienes que 
    propulsar dentro del agua, situando tus manos a los lados del cuerpo. Una 
    forma fácil de controlar la posición de los brazos es entrelazar las manos 
    delante o detrás de ti. Intenta conseguir una postura tan horizontal como 
    sea posible, de forma que tus aletas trabajen en el "hueco" de agua creado 
    por los hombros. No arrastres las aletas por el fondo.  
     
    Consejo: Usa tus manos. Nadar empleando las manos desperdicia mucha 
    energía, pero si nos movermos asiendo las rocas del fondo ahorra energía, 
    especialmente si nadamos contra corriente. Asimismo, ahorramos mucha energía 
    si mantenemos nuestra posición agarrados a una roca cuando estamos en zonas 
    batidas por las olas o por corrientes. Obviamente, tienes que fijarte en 
    dónde haces esto: No es aceptable tocar siquiera el coral vivo. 
     
    Reduce al mínimo el peso del cinturón de lastre. El peso adicional 
    que uno lleva nos obliga a inflar más el jacket para alcanzar una 
    flotabilidad neutra. El aire usado para inflar el jacket es probablemente 
    insignificante, pero la fricción adicional causada por el mayor volumen del 
    jacket inflado no lo es. Para un menor esfuerzo en la natación, intenta no 
    llevar más peso que el necesario: debes llevar el justo para tener 
    flotabilidad neutral a 3 metros con la botella en reserva. 
     
    Consejo: Apúntate a una clase de control de flotabilidad. Usar el 
    peso mínimo depende de un control exacto de la flotabilidad y esto se 
    adquiere únicamente con la práctica. Pero se pueden hacer unas clases de 
    control de flotabilidad y así acortar la curva de aprendizaje.  
     
    Mantén el calor corporal. Lleva suficiente protección térmica como 
    para no pasar frío. Cuando tu cuerpo se enfría, es necesario quemar energía 
    (empleando el oxígeno del aire que respiramos) para generar calor. La lucha 
    contra el frío nos hace gastar más aire. 
     
    Consejo: Incluso el agua a 27ºC es suficiente para enfriar nuestro 
    cuerpo en inmersiones sucesivas si no llevamos suficiente protección. Puede 
    que no sientas frío, pero tu cuerpo pierde calor y emplea energía y aire 
    para reponerlo. 
     
    Consejo: Usa un traje con capucha. Usar un traje con capucha nos 
    permite emplear un traje de buceo más fino, puesto que la cabeza es una 
    punto muy importante en la pérdida de calor corporal, se calcula que puede 
    llegarse a perder hasta el 40% del calor corporal a través de la cabeza, 
    pues es una zona en que la piel está fuertemente irrigada. 
     
    Aireando mi opinión  
    No odies la pregunta: "¿cuánto aire te 
    queda?"  
     
    Cuando otro buceador se jacta de tener 50 atmósferas de aire más que tú al 
    final de una inmersión, en realidad intenta decirnos que es mejor buceador 
    que tú, más relajado, más integrado en el mar, o algo similar. Puede ser 
    eso, o que simplemente sea más pequeño que tú, o que tiene un metabolismo 
    diferente, o que ha seguido un perfil de inmersión menos profundo. O que 
    "él" sea "ella"; la mayoría de las mujeres utilizan menos aire que la 
    mayoría de los hombres. 
     
    Pero como los números se comparan fácilmente, la cantidad de aire que te 
    queda en la botella parece indicar cuan buen buceador eres. Esto es 
    conveniente, pero no exacto. De hecho, no todos los buceadores son creados 
    igual, y no hay una tasa de consumo de aire ideal a la cual deben aspirar 
    todos los buceadores.  
     
    Si empleas 100 atmósferas más de aire que tu compañero en la misma 
    inmersión, seguro que tienes un problema que puedes -y debes- corregir, pero 
    una diferencia de 20 o 30 atmósferas es normal y no tiene sentido 
    preocuparse. 
    
      
    
     
    © Texto: John Francis 
    © Traducción y adaptación: Miquel Pontes
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