Arrecifes maltratados: 
    La pesca con explosivos 
    (y otros males) 
    por Miquel Pontes
    
     
    
     lgunos arrecifes de Indonesia acusan una gran degradación
    debido a la pesca con explosivos y otros fenómenos que les acarrea la civilización.
    Ciertos arrecifes, cuya belleza jamás podremos comprobar, han desaparecido completamente,
    mientras que otros están muy seriamente dañados.  
     
    Los explosivos, procedentes en algunos casos de naufragios o de excedentes de la Segunda
    Guerra Mundial, se emplean para matar sin esfuerzo un puñado de peces, en vez de tener
    que tirar redes o pasarse el día caña en mano intentando que piquen.  
     
    El procedimiento es el siguiente: Primero se localiza el lugar. Luego se prepara la bomba,
    generalmente llenando de pólvora una botella de cerveza e introduciéndola en una papaya
    a la que se le han quitado las semillas.  
     
    Después viene la construcción del detonador, la cual se lleva a cabo con cabezas de
    cerillas, machacadas debidamente, y enrolladas en una lámina de aluminio, procedente de
    un tubo de pasta de dientes. Al conjunto se le da forma de cigarrillo.  
     
    El aluminio hace impermeable al detonador, mientras que los gases de combustión evitan
    que se moje el explosivo. El detonador es más o menos largo según el tiempo que se desea
    que pase antes de explotar, consiguiéndose así que lo haga a diferentes profundidades.  
     
    Después de la explosión, algunos de los peces muertos o heridos salen a flote y se
    recogen con una red lo más rápidamente posible. La papaya sirve para que el explosivo se
    hunda rápidamente y para amortiguar la explosión, pues nadie quiere
    "ayudantes" cuando los peces salen a flote.  
     
    Para un pescador, con un duro y largo día de trabajo, el atractivo de la pesca con bomba
    es muy interesante. Sin embargo, el impacto en el arrecife es desastroso. No solo porque
    únicamente algunos de los peces muertos flotan, con el consiguiente desperdicio, sino
    porque la deflagración causa un daño importantísimo en el coral. Los peces pueden
    repoblar el medio de nuevo, pero el coral "es" el medio.  
     
    Otra práctica que destruye los arrecifes, aunque aquí es menos grave que en otras islas,
    es la extracción de piedra calcárea del arrecife como material de construcción.
    Paradójicamente, muchos hoteles que ahora albergan turistas, muchos de los cuales son
    submarinistas, están construidos con este material.  
     
    Por último, las anclas de los barcos de pesca, y los submarinistas descuidados que, con
    sus aletas, arrasan el fondo, son viejos conocidos nuestros. Recordemos la prohibición de
    anclar en las Illes Medes para preservar el fondo. En Indonesia tan solo ahora comienzan a
    concienciarse de estos problemas. El futuro de estos paraísos submarinos está en manos
    de todos.   
     
    
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