n Cuba se pueden encontrar tres tipos 
    básicos de arrecifes coralinos: arrecifes bordeantes o frontales, arrecifes 
    en forma de cresta o restingas y arrecifes sobre fondo blando o fangoso.  
     
    Los arrecifes bordeantes o frontales son aquellos que se han 
    desarrollado al borde de terrazas marinas (en Cuba conocidas como veriles) 
    o al borde de la plataforma continental que rodea la isla (conocida como 
    canto de Golfo).  
    El veril suele estar próximo a la costa y 
    por lo general está precedido de una explanada de escaso relieve y buen 
    desarrollo de gorgonáceos. Su inclinación es muy variable y su altura va 
    desde unos metros, hasta algo más de 10m. Posterior a éstos 
    generalmente existe un área rocoso-arenosa que puede tener algunos 
    montículos coralinos de crecimiento vertical conocidos como parches o
    cabezos. Los arrecifes al borde de la plataforma continental suelen 
    estar precedidos de sistemas de camellones y cangilones 
    (macizos o espolones y canales). Su estructura también es muy variable, se 
    encuentran en forma de pendiente suave, complejos de grietas y túneles, 
    escalones o en extremo vertical. La plataforma continental en Cuba, posee 
    una longitud de 3.966 km y se considera en un 98% bordeada por arrecifes de 
    este tipo. 
     
    No es raro encontrar en cualquier sitio de estos arrecifes más de 20 
    especies de coral, siendo las más comunes las de los géneros, Porites,
    Montastraea, Agaricia, Siderastrea, Milllepora, 
    y Diploria, entre otros. Por su belleza, magnitud y estado de salud, 
    se destacan en este sentido los arrecifes de María la Gorda hacia el extremo 
    suroccidental; los arrecifes de los Cayos Campo, Blanco, Diego Pérez, 
    Thaelmann y el Anillo de Cazones, todos en el Golfo de Batabanó; Los Cayos 
    Caballones, Mates, Mulatas, Cinco Balas y Boca de Juan Grin, en el 
    Archipiélago de los Jardines de la Reina y los Cayos Cádiz, Arbolito, 
    Pajonal y Coco en el Archipiélago Sabana- Camagüey.  
     
    Los arrecifes de cresta se localizan en aguas someras y crecen en 
    sentido vertical formando una barrera o cresta que suele tener unos 2 o 3 
    metros de altura y actúa como un efectivo bastión rompiendo las olas que se 
    dirigen hacia la costa. Éstos por lo general están precedidos de pastos de
    Thalassia testudinum y tienen como componentes mayoritarios 
    comunidades de Acroporas, Milleporas o Diplorias. Los 
    más importantes por su extensión se localizan en el Golfo de Guanahacabibes, 
    en el Archipiélago Sabana-Camagüey, en el Golfo de Ana María-Guacanayabo y 
    en el Golfo de Batabanó. En este último es de especial interés el arrecife 
    de “Nirvana” (sur del Anillo de Cazones) que es considerado una de las 
    crestas más bellas y saludables de Cuba y el Caribe. 
     
    Los arrecifes sobre fondo fangoso, descritos por Vassil Zlatarski y 
    Nereyda Martínez Estalella como “arrecifes gelatinosos”, son estructuras 
    cuyos componentes mayoritarios son los corales ramosos de los géneros 
    Cladocora, Porites o Acropora, los que conjuntamente con 
    esponjas producen un enrejado que se va haciendo denso formando grandes 
    bancos sobre los que se pueden asentar colonias de otras especies de coral o 
    se puede cubrir por pastos de Thalassia testudinum en su parte 
    superiror. Estos arrecifes se localizan al sudeste de Cuba, en el Golfo de 
    Guacanayabo y pueden alcanzar hasta 25 m de altura quedando su zona somera 
    entre los 2 y 5 m de la superficie.  
    Amenazas 
    Con relación a los factores que limitan o 
    atentan el desarrollo de los arrecifes en Cuba tenemos, desde el punto de 
    vista natural, la acción de sedimentos finos que sufren resuspensión por la 
    acción del oleaje, sobre todo en zonas bajas; los ciclones que afectan 
    principalmente el Golfo de Batabanó y el Archipiélago de los Colorados, los 
    frentes fríos que generan oleajes que afectan la zona centro norte y 
    noroeste de Cuba, así como la acción de los cambios globales de temperatura 
    que ha sido la causa originaria de los eventos de blanqueamiento masivo de 
    corales. La nutrificación natural a causa de afloramientos o giros 
    ciclónicos de aguas profundas también pudieran estar afectando las zonas de 
    Los Colorados, Golfo de Batabanó y norte de la provincia Holguín.  
     
    Desde el punto de vista antrópico, la sedimentación, como resultado de la 
    deforestación que sufrieron históricamente las cuencas hidrográficas, se 
    estima que afecta alrededor del 20 o 30% de los arrecifes. La contaminación 
    orgánica y química se considera restringida principalmente a la capital, 
    como resultado de la contaminación de sus principales ríos y bahías y a unas 
    pocas provincias con bahías relevantes dentro del contexto económico. Se 
    plantea que menos del 3% de la plataforma marina cubana sufre de un grado 
    crítico de contaminación. El turismo por su parte ha tenido un auge 
    importante en la última década, por lo que su impacto es muy limitado en tal 
    sentido. El uso de lagunas de oxidación, dragados y propelas se consideran 
    la causa de elevados niveles de nutrientes y sedimentos en algunos sitios 
    turísticos. Por último, la sobrepesca, comercial o ilícita, ha afectado 
    lagunas especies arrecifales tales como la biajaiba (Lutjanus synagris), 
    el Cobo (Strombus gigas) y algunas especies de corales duros y 
    gorgonias, sobre todo en las zonas costeras más urbanizadas.  
     
    En Cuba, existe una estrategia nacional para la conservación de los 
    arrecifes coralinos, que incluye medidas tales como: el establecimiento de 
    áreas protegidas con componente marino, el fortalecimiento de la educación 
    ambiental, planes de manejo para áreas de uso turístico y el 
    perfeccionamiento del sistema de inspección y control ambiental, entre 
    otras. En este sentido existen instituciones científicas, grupos de acción 
    ambiental y proyectos comunitarios que se unen en el esfuerzo de proteger y 
    conservar el entorno marino.  
    Bibliografía consultada 
    
      - Alcolado, P., R.Claro-Madruga, B. 
      Martínez-Daranas, G. Menéndez-Macías, P. García-Parrado, K. Cantelar, J. 
      Espinosa, R. del Valle, J.C. Martínez y T. Neff. 2000. Estado 
      general de los arrecifes coralinos de Cuba y propuestas de manejo 
      ambiental. Informe del Instituto de Oceanología del Ministerio de 
      Ciencia, Tecnología y Medio ambiente (CITMA).
 
      - Núñez-Jiménez, A. 1984. Cuba: 
      La naturaleza y el hombre. Vol. 2. Bojeo. Editorial Letras Cubanas, La 
      Habana, Cuba. 702 p.
 
      - Zlatarsky, V. y N. Martínez-Estalella. 
      1980. Scleractinians of Cuba, with data on associated organisms. 
      Bulgarian Academy of Sciences Press, Sofia (in russian). 312 pp. 
      
 
     
     
    
      
    
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