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Entre las inmersiones más emblemáticas, destaca la isla de Massa d'Or, conocida también por Sa Rata. Debe su nombre según Arnald Plujà (ver bibliografía) a la mica incrustada sobre la roca que, reflejada por el sol, brilla como el oro". La situación de este islote en aguas abiertas hace que sólo sea recomendable el buceo en contadas ocasiones a lo largo del año. El día de nuestra inmersión, la mar estaba absolutamente en calma, pero la corriente de superficie, procedente de garbí, era francamente fuerte. Nuestro itinerario subacuático tuvo como punto de partida la vertiente oeste de la isla. En nuestra trayectoria, recorrimos un fondo rocoso que en los primeros metros era plano, a unos 12 o 14 metros de profundidad, y recubierto por pequeñas algas. En esta zona hay algunas grietas horizontales en las que hay que echar un vistazo ya que se pueden observar meros. La cornisa extraplomada está tapizada por anémonas amarillas incrustantes (Parazoanthus axinellae). En este paisaje aparece en dirección noroeste una gran grieta submarina, que permite el paso de submarinistas. Recuerda más o menos a un pequeño desfiladero. La parte superior se encuentra a -25 m.
Dentro de este desfiladero, nos llamaron la atención algunos sargos imperiales de buen tamaño. De tanto en tanto hay que mirar hacia arriba, ya que es posible ver pelágicos. El patrón del barco del centro de buceo Cap de Creus, Miquel Vilà, nos comunicó que en ocasiones el buceador puede encontrarse con barracudas. A finales de agosto de 1997, desde el barco, divisaron rorcuales comunes, un cetáceo tan largo como la propia embarcación... Bibliografía
© Texto y Fotos: Josep Mª Dacosta
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