De la playa de Castell
al cabo Roig en kayak
Texto de Josep Mª Dacosta
Fotos de Josep Mª Dacosta, Sònia Cervià y Miquel Pontes


ara los aficionados al kayak a los que les
guste navegar a través de una roca agujereada, circunvalar un pequeño
archipiélago y darse un chapuzón en un lugar literario, recomendamos esta
ruta que parte de la playa de Castell (Palamós) y llega hasta el cabo Roig,
pasando por las islas Formigues.
Este itinerario es uno de los muchos que se
pueden recorrer por mar en la Costa Brava (denominación del litoral de la
provincia de Girona), y reúne dos ventajas. El marco geográfico es
ciertamente interesante, tanto desde el punto de vista paisajístico como por
los valores culturales del territorio. Además, durante el verano, es fácil
alquilar kayaks, una solución idónea para los aficionados que no posean
embarcación propia o bien la tengan en otros derroteros.
El paseo que proponemos requiere unas 3
horas de navegación, en unas condiciones meteorológicas buenas y estado del
mar óptimo. Este enclave es inolvidable en bonanza, pero en caso de temporal
también lo es. Si consideramos su longitud, supone un recorrido de entre
cinco y seis kilómetros aproximadamente.
El litoral de cala Castell
Nuestro recorrido comienza en cala Castell,
un punto de la costa del municipio de Palamós donde se todavía conserva un
paisaje agrícola flanqueado por bosques de pinos y encinas. En su transición
hacia el mar, aparece en primer lugar una pequeña marisma y, ya en su límite
de levante, unas dunas que actualmente se encuentran en fase de recuperación.

Cala Castell |
Es precisamente este entorno agroforestal
lo que le da un valor excepcional a la playa de Castell. Se trata de una
singularidad si lo consideramos en el ámbito de la Costa Brava. La
utilización turística del suelo y la evolución económica del país ha
relegado la agricultura de la primera línea de mar y la ha sustituido en
muchos lugares por infraestructuras y urbanizaciones.
Castell conserva en el otero de su extremo
norte un poblado ibérico que estuvo ocupado desde el siglo VI a.C. hasta
finales del siglo I a.C. por los indiketes, nombre de los habitantes íberos
del nordeste de Cataluña. Este vestigio arqueológico está abierto a la
visita pública.
L'Agulla y la Foradada

L'Agulla |
Una vez se sale de Castell en dirección
norte se encuentra un monolito vertical en forma de aguja que permite el
paso entre él y los acantilados costeros.
El navegante puede virar a babor hasta
descubrir un pequeño paso que atraviesa una pared rocosa. Se trata de la
Foradada, topónimo que no deja lugar a dudas sobre su significado.

La foradada |
Después de visitar este corto túnel se
prosigue costeando por delante de las rocas graníticas que forman los
precipicios litorales. Aquí las singularidades geológicas bautizan el
paisaje, como la Faixa Vermella que constituye una franja de piedra
berroqueña de color rosado muy conspicua. Geográficamente esta costa alta se
enmarca en el extremo septentrional de la sierra Litoral catalana.
Las islas Formigues

Las islas Formigues vistas desde cap
Roig |
A medida que vamos avanzando en nuestro
periplo de cabotaje, divisamos a nuestra derecha un pequeño archipiélago
formado por unos minúsculos islotes de color rosado. Llegar hasta ellos no
nos llevará más de veinte minutos de remo.
En la vertiente de mediodía del arrecife
mayor, justo debajo de la baliza, se divisa una placa conmemorativa de la
batalla naval de 1285 en la que la armada catalana de Roger de Llúria venció
a la flota gala de Felip l'Ardit. Otros personajes famosos han dejado su
huella por estos pagos: Salvador Dalí, Josep Pla, Truman Capote, Josep M.
Sert y Ava Gardner.
Cap de Planes y el cap Roig

Cala El Crit |
De regreso a la tierra firme, sorprende el
escaso grado de urbanización de este lugar, máxime si tenemos en cuenta su
belleza y la proximidad a núcleos tan poblados y atractivos como Palafrugell
y Palamós. Este hecho es debe a que ha habido desde hace tiempo grandes
propiedades con muy poca superficie construida y además los edificios están
muy integrados en el entorno, como por ejemplo el castillo de cap Roig que
veremos más adelante.

cala El Vedell |
La distancia más corta entre las islas
Formigues y la costa continental nos lleva hasta el cap de Planes, también
rodeado por unos escollos, las "illes del cap de Planes o Roques Planes". A
nuestra izquierda, habremos dejado las extraordinarias calas Sanià, Canyers
y Estreta y, a la derecha reconoceremos primero la cala el Crit y
seguidamente la cala el Vedell. Leyendas no faltan en estos parajes: el Crit
evoca el grito que hizo una doncella de una casa próxima cuando fue raptada
por los piratas que antaño visitaban estas latitudes.
Cap Roig

Cap Roig |
Este saliente de color rojo, erizado de
pinos, alberga en sus laderas un magnífico jardín botánico fruto de la
ilusión y trabajo del matrimonio Woevodski.
Después de una rocambolesca
historia, Nicholas Woevodski y Dorothy Webster llegan el 1927 para crear uno
de los hitos de la costa Brava. Para visitarlo hay que dirigirse hasta
Calella de Palafrugell y desde allí acceder a la entrada del recinto. Las
vistas sobre las Formigues son excelentes desde este baluarte sobre el mar.

Cala Massoni |
Junto al lado meridional de cap Roig,
tenemos la recoleta cala Massoni donde podemos tomar un reconfortante baño.
También este era el punto donde se bañaban los propietarios del castillo y
jardín de cap Roig.
Desviaremos la proa hacia poniente y
pondremos rumbo de vuelta a Castell donde finaliza esta excursión.

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