Azores: el
paraíso verde
por Roser Alvero i
Roger de Marfà
urante el verano de 2005, buscando un lugar
interesante y económico para ir de vacaciones, acabamos yendo a las Islas
Azores, un paraíso natural en medio del océano. El archipiélago está formado
por 9 islas situadas en la dorsal atlántica y, juntamente con Madeira y
Canarias, forma parte del conjunto volcánico de la Macaronesia.
Decidimos ir sólo a la isla más grande y
con más recursos, Sao Miguel, la cual tiene una superficie de 745 m2 en la
que viven 130.000 habitantes. La estancia en esta isla fue fascinante;
parecía que estábamos en un gran jardín botánico. Ahora bien, la existencia
de tantas plantas y flores no es un milagro: llueve muy a menudo!.
Roser y Roger en uno de los cráteres de la isla de
Sao Miguel.
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Los primeros días visitamos toda la isla,
de forma que pudimos dedicar los últimos días a observar la vida marina que
tanto nos apasiona. Así pues, empezamos con una buena inmersión en el Puerto
de Caloura, donde disfrutamos de la presencia de muchos peces, nudibranquios,
poliquetos y otros invertebrados. Eso sí, también sufrimos las fuertes
corrientes mareales del Atlántico!
Inmersión en Caloura. Rainha (Thalassoma pavo)
conocido como Pez Verde en nuestras costas.
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El día siguiente fue el más increíble e
inolvidable: nos bañamos en mar abierto con la compañía de un banco de unos
80 delfines salvajes, en una profundidad que rondaba los 2000 metros y a
varias millas de la costa! Estábamos allí nadando en medio de un gran banco
de pececillos atacados sin cesar por delfines y pájaros, tal como habíamos
visto por la televisión en diversos documentales. Las sensaciones fueron
increíbles, como un miedo mezclado harmoniosamente con una gran alegría e
ilusión. ¡Vaya descarga de adrenalina! ¡Nunca lo olvidaremos!
Baño con delfines comunes (Delphinus delphis)
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Para finalizar nuestro viaje a las Azores
nos embarcamos a la búsqueda de ballenas, en especial cachalotes. Que gran
sorpresa la que tuvimos cuando lo primero que vimos fue un gran tiburón
martillo en el mismo lugar donde nos bañamos con los delfines el día
anterior. ¡Que pena que no llevábamos las gafas submarinas! Finalmente los
cachalotes aparecieron y pudímos disfrutar de la observación de cuatro
ejemplares. ¡Viaje completo!
Cachalote (Physeter macrocephalus)
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Si queréis visitar Sao Miguel os
recomendamos alquilar un coche y contactar con alguno de los centros que se
dedican a hacer estas actividades. Casi todos los que se dedican a ello son
estudiantes de biología y lo viven como el primer día. ¡Y es un viaje
barato!
© Texto y
fotos: Roser Alvero y Roger De Marfà
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