M@re Nostrum

La gorgonia roja
(Paramuricea clavata)

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Nombre científico: Paramuricea clavata (Risso, 1826)
Catalán: Graspallà fort, gorgònia roja
Inglés: Violescent sea-whip
Francés: Gorgone multicolore
Alemán: Violette gorgonie, Farbwechselnde gorgonie

Este bello ser con aspecto de arbusto es uno de los cnidarios más conocidos de todos los que buceamos en el Mediterráneo. Tapiza las paredes de muchos promontorios submarinos en los que forma verdaderos bosques.

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a gorgonia roja, pese a su aspecto de arbusto, pertenece en realidad al reino animal. Es una colonia de pólipos (poli=muchos y pos=pies) que viven sobre una estructura córnea flexible de forma arborescente e irregular que ellos mismos segregan y que, en algunos casos, llega a tener un metro de alto por uno de ancho.

La forma de la colonia recuerda a un abanico, pues todas las ramificaciones se presentan en un mismo plano, generalmente perpendicular a la corriente dominante en su emplazamiento, lo que maximiza las posibilidades de capturar alimento por parte de los pólipos.

Las gorgonias de la especie Paramuricea clavata son de color rojo, aunque es frecuente encontrar en algunas zonas ejemplares con los extremos de las ramificaciones de color amarillo e incluso algunas gorgonias completamente amarillas. Autores como Weinberg apuntan que el antiguo nombre científico de esta especie (Paramuricea chamaeleon) tal vez se refiera a esta variabilidad de color.

Otros autores afirman que esta especie puede tener color violeta, pero basándonos en nuestra experiencia, el color púrpura o el gris oscuro, es el percibido por el submarinista cuando no dispone de iluminación artificial. No debe olvidarse el hecho que el agua absorbe muy rápidamente el componente rojo de la luz del Sol, falseando la impresión del observador.

¿Nunca se ha preguntado el lector por qué muchos habitantes de las profundidades son color rojo intenso? La respuesta es clara; a determinadas profundidades estos seres se vuelven prácticamente invisibles.

Los pólipos de la gorgonia son relativamente grandes pues alcanzan entre 6 y 10 mm de alto y están coronados por 8 tentáculos urticantes que les permiten capturar su alimento en el plancton. Estos tentáculos son los responsables de la clasificación de este ser como cnidario (cnidos hace referencia a su poder urticante) y como octocoral (por tener ocho tentáculos).

El hecho de que toda la colonia viva sobre una estructura común les permite compartir el excedente de alimento de unos pólipos con los compañeros menos afortunados. La densidad de pólipos suele ser mayor en los extremos de las ramificaciones de la colonia, lugar donde se produce el crecimiento de la misma.

Algunas investigaciones que se han llevado a cabo sobre la alimentación de esta especie (1) revelan que las gorgonias prefieren las grandes presas planctónicas de baja motilidad (huevos y larvas planctónicas) mientras que otros animales filtradores (esponjas, etc.) prefieren presas planctónicas de menor tamaño.

La gorgonia roja puede ser confundida fácilmente con grandes colonias del falso coral Parerythropodium coralloides, un coral blando que recubre los esqueletos córneos de las gorgonias muertas y que a veces tiene lugar sobre los restos de gorgonias rojas. Si la colonización del falso coral tuviera lugar sobre una gorgonia blanca el observador se daría cuenta enseguida puesto que la disposición de las ramas es característica.

A diferencia del coral rojo (Corallium rubrum), las gorgonias rojas pierden su bello color al sacarlas del agua. Pese a ello se tienen registros de capturas comerciales para emplear su esqueleto como elemento decorativo, aunque no tiene nada que ver con la exuberante belleza que presentan cuando están vivas.

La reproducción de las gorgonias es similar a la de los corales. En una colonia ya establecida se producen nuevos pólipos a partir de la reproducción asexual (sin fecundación), lo que da lugar a un crecimiento de las ramas. Ocasionalmente tiene lugar la reproducción sexual, que da lugar a una larva planctónica nadadora que busca un nuevo lugar para fijarse e iniciar una nueva colonia alejada de la original.

De hecho, la formación de larvas libres que pueden ser dispersadas por las corrientes permite que las gorgonias y corales puedan colonizar otros lugares y además no compitan con las colonias progenitoras por el substrato ni el alimento.

La gorgonia roja aparece sobre fondos rocosos o detríticos moderadamente umbríos y en zonas sometidas al influjo de corrientes constantes pero moderadas. Se la encuentra en la comunidad del coralígeno mediterráneo, que en la Costa Brava norte puede aparecer en la cota de los 15-20 metros. Es más abundante en las zonas profundas; allí las colonias son de mayor tamaño y ocasionalmente aparecen muy juntas, con densidades de hasta 20 colonias por metro cuadrado.

La Paramuricea clavata es una especie muy poco habitual en aguas someras y prefiere las aguas frías, por lo que es común en el Mediterráneo noroccidental, aunque es escasa en otras zonas como en las costas de Granada o en el Mar Adriático.

Si las condiciones son favorables, esta especie precisa de 15 a 20 años para alcanzar su tamaño máximo. El crecimiento de la colonia es muy lento, aproximadamente 1 cm por año.

Las gorgonias en peligro

Antiguamente la gorgonia roja era muy abundante pero en la actualidad ha sufrido una fuerte regresión por culpa de varios factores.

Destacan como amenazas para las gorgonias:

  • Los submarinistas que involuntariamente o por inconsciencia dañan o destruyen colonias enteras con sus aletas.
  • Las redes empleadas en la pesca con trasmallo pueden arrancar un gran número de colonias del substrato.
  • Las embarcaciones pueden destruir también los fondos de gorgonias, especialmente en aquellos lugares de la costa que no disponen de boyas de fondeo.

Estas colonias tardarán decenas de años en regenerarse, pero se recobrarán únicamente si la presión que ejerce el hombre sobre ellas se reduce.

Estas características de fragilidad y lento crecimiento implican que esta especie sea considerada un indicador biológico. Así, el estudio de la evolución de estas poblaciones permite a los responsables de las reservas marinas diseñar planes de uso y gestión de los puntos de buceo.

En la naturaleza hay predadores de la gorgonia roja, como el gasterópodo Simnia spelta que se alimenta del tejido vivo de la gorgonia y que es posible hallar ocasionalmente entre sus ramas. Otros moluscos gasterópodos, las "porcelanas", también cuentan con los pólipos de gorgonia roja en su dieta.

El caso francés

En los últimos años se ha observado una preocupante degradación de las poblaciones de gorgonias del sur de Francia. Parece ser que el fenómeno se extiende también por el norte de Italia hasta la Liguria, por Córcega (con una mortalidad de un 10% en la zona de Calvi) y, según parece, avanza también hacia el norte de las costas españolas.

La mortalidad de las gorgonias se observa por la pérdida de la parte viva de la colonia, de la que únicamente queda el esqueleto desnudo. Este problema no solo afecta a las gorgonias rojas (Paramuricea clavata), sino también a la gorgonia blanca (Eunicella singularis), la gorgonia naranja (Lophogorgia ceratophyta) y, en menor medida, a la gorgonia amarilla (Eunicella cavolini).

Curiosamente no son estos cnidarios los únicos afectados, sino que también las esponjas, el coral rojo y algunos corales coloniales como la madrépora (Cladocora caespitosa) se han visto afectados. Este fenómeno parece desarrollarse muy rápidamente pues ha diezmado las gorgonias de una zona estudiada en menos de dos meses.

El amplio alcance y la aparición simultánea del problema en varios lugares geográficamente alejados tiene en vilo a los científicos. Se barajan varias hipótesis, entre ellas destacan la polución marina transportada por las corrientes y el aumento de la temperatura media del agua (se han registrado temperaturas de 24ºC a profundidades de más de 20 metros durante todo el periodo estival) como factores directos o como desencadenantes de una posible explosión bacteriana o viral.

Esta mortalidad masiva tiene graves repercusiones económicas, aparte de las meramente ecológicas, pues afecta profundamente la actividad de los centros de buceo de la zona, para los que los paisajes submarinos cubiertos de gorgonias eran el principal reclamo para sus clientes.

FOTOS

MÁS INFORMACIÓN

El lector puede recabar más información en los siguientes libros:

  • Belman y col. Invertebrados y organismos celulares. Editorial Blume, 1992
  • Calvín. El ecosistema marino mediterráneo, guía de su flora y su fauna. Edición propia, 1995
  • Campbell. Guía de campo de la flora y fauna de las costas de España y de Europa. Editorial Omega, 1989
  • (1) Coma, Gili, Zabala y Riera. Feeding and prey capture cycles in the aposymbiotic gorgonian Paramuricea clavata. Mar. Ecol. Progr. Ser., 115: 257-270. Universitat de Barcelona, 1994
  • Göthel. Fauna marina del Mediterráneo. Editorial Omega, 1994
  • Ocaña, Sánchez Tocino, López, Viciana. Guía submarina de invertebrados no artrópodos. Editorial Comares, 1999
  • Riedl. Fauna y flora del Mar Mediterráneo. Editorial Omega, 1986
  • Weinberg. Découvrir la méditerranée. Editoriel Nathen, 1993

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Última modificación: 01 enero 2024 10:18


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