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iempre es interesante que el submarinista levante la vista del fondo del mar y eche un vistazo al azul, a las aguas abiertas. La suerte puede concederle un encuentro con peces pelágicos y, en otras ocasiones, permitirle el descubrimiento de organismos plantónicos de tamaño relativamente grande, como las medusas y los ctenóforos. Las medusas son animales muy conocidos, especialmente por su capacidad de ocasionar picaduras a través de unas células urticantes, los cnidocistos, situados en los tentáculos. Precisamente el prefijo cnido, del griego, kníde, significa "ortiga". Además, da nombre al grupo zoológico al cual pertenecen las medusas y pólipos: los cnidarios. Medusa hace referencia a una de las tres Gorgonas y concretamente a la única de ellas que era mortal. Fue amada por Poseidón, quien la sedujo en el templo de Atenea. La diosa, irritada, transformó los magníficos cabellos de Medusa en espantosas sierpes que petrificaban a cuantos la miraban. Perseo le cortó la cabeza a Medusa, y la utilizó en sus expediciones para petrificar a sus enemigos, en especial para liberar a Andrómeda. Así, Medusa participa también en el origen mitológico del coral.
El buceador puede observar otros animales plantónicos translúcidos: los ctenóforos, que constituyen un phylum distinto de los cnidarios. A diferencia de ellos, los ctenóforos no son urticantes y hace falta fijarse y tener suerte para localizarlos entre aguas. En ocasiones podemos sorprendernos por las 8 hileras de cilios (ctenos, significa peine) que recorren la superficie de su cuerpo transparente y en los cuales la luz se refracta de forma multicolor. Según la excelente guía de Steven Weinberg "Découvrir la Méditerranée", ver bibliografía, son precisamente los ctenóforos, los seres vivos que ampliados han servido de modelo para diseñar los extraterrestres de la película Abyss. El cine acaba siendo la mitología de la época contemporánea. Bibliografía
© Texto: Josep Mª Dacosta
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