magnífico relato 
	en el que el buzo protagonista alimentaba a una morena delante de sus 
	alumnos para asegurarse que estos futuros buceadores le cogían el gusto a la 
	inmersión. El relato era fuera de lo común, no sólo por lo excelente de su narración y 
         exposición de impresiones, sino también por lo incomprensible de la 
         actuación durante la inmersión... 
         Quizás fueran otros 
         tiempos... eso me gustaría pensar, pues no es concebible que a unos 
         alumnos noveles se les muestre el espectáculo del "feeding" como un 
         acto cotidiano, sin comprender siquiera el daño que este hecho puede 
         provocar en el ecosistema. Somos muchos los que ahora, gracias a 
         educadores medioambientales o simplemente a nuestra sensibilidad con la 
         protección del medio ambiente, hemos descubierto que muchas de las 
         actividades que buceadores experimentados llevan a cabo en sus centros 
         de buceo no son lo más apropiado.
         El "feeding" conlleva un 
         resultado fatal a todos los efectos, tanto para el ecosistema como para 
         los buceadores e, incluso, para los mismos propietarios de los centros 
         de buceo que lo practican. Practicar el "feeding", es decir, alimentar 
         artificialmente a los animales, modifica su conducta y altera sus 
         hábitos alimenticios, rompiendo el equilibrio del biosistema. 
         
         Ya sólo con nuestra 
         presencia en el medio subacuático alteramos, sin quererlo y aunque sea 
         levemente, los hábitos de vida, alimenticios y reproductivos de las 
         especies que viven en armonía. Por ello debemos evitar por todos los 
         medios agravar estos trastornos en sus hábitos, que podrían conducir a 
         la desaparición de determinadas especies por la modificación del 
         ecosistema. 
         El "feeding" puede 
         provocar, incluso, ataques a los buzos de animales que 
         por naturaleza son pacíficos y que nunca atacarían a los humanos, 
         creando hacia ellos sentimientos contrarios y equivocados. 
         
         ¿Qué hay de positivo en 
         el "feeding"? ¿Atraer a los peces para que los buceadores salgan 
         contentos de las inmersiones y vuelvan?, es decir, ¿para hacer 
         negocio?. Así lo justificaba hace poco el dueño de un centro de buceo 
         que practica "feeding" diariamente... En definitiva, nada positivo para 
         la vida animal... 
         Practicar el "feeding" 
         supone engañar al buceador, pues alimentando artificialmente a estos 
         animales (p.e. congrios, morenas, etc.), se les hace salir de sus 
         escondrijos, exponiéndoles ante depredadores y haciendo creer al buzo 
         novato que el comportamiento habitual de un congrio o una morena es 
         salir del resguardo de su guarida y dirigirse al buceador; así como 
         hacer creer que una zona determinada está llena de vida cuando esa no 
         es la realidad. 
         Los centros de buceo, 
         lejos de practicar "feeding" para atraer clientela con la abundancia de 
         vida en sus zonas, deberían concienciar, sobre todo a los buceadores 
         que acuden a realizar un bautizo o sus primeras inmersiones, que bucear 
         no significa solamente “ver peces”, que no ocurre nada porque un día no 
         veamos un congrio o una morena, que buceamos por el placer de sentir un 
         mundo que no nos pertenece, por vivir la ingravidez como si de 
         astronautas se tratara, por encontrar paz en el mundo del silencio, por 
         descubrir ese barco hoy hundido, que una vez surcó los mares... 
         
         En resumen, se debe 
         educar desde el principio, hacer comprender que no todo en el buceo es 
         un “jardín de rosas” y que nunca sabemos lo que nos deparará una 
         inmersión, independientemente de las veces que hayamos buceado en la 
         misma zona. 
         De esta manera, tanto
         los buceadores 
         noveles como los experimentados volverán a ese centro de buceo con lo 
         que el negocio no peligrará. Es más, cada vez más buceadores estamos 
         concienciados de los efectos negativos del "feeding", por lo que el 
         boca a boca contribuirá a la disminución de clientela del centro que lo 
         practique. 
         
         En definitiva, y como 
         decía al principio, practicar el "feeding" es negativo para el 
         biosistema, es peligroso para los buceadores y contraproducente para 
         los centros de buceo. Por favor, no lo practiquemos.
         
         Más sobre el "feeding"
    
    
    
	
    © Texto "Feeding": Ana Isabel Ortiz (Enciana)