Tiempo
    de piratas 
      Por Mónica Fernández 
    Publicado en La Vanguardia del 6.3.00 
     
     
     
    Verdades legendarias y leyendas
      
    
    verosímiles conforman el universo  
     
    
    de los piratas en la Costa Brava 
    
      
    
     ubo un tiempo en que los piratas dominaban el mar. Sus leyes se imponían y
    no había barco en el que sus pasajeros no sintieran el miedo a un ataque pirata. Desde
    los tiempos en que se novelaron las historias de los piratas, los hechos verídicos se han
    fundido con las invenciones, las leyendas, las historias que se contaban a los niños...
    Verdad y leyenda se funden quizá más que en ningún otro ámbito de la historia.  
     
    Tampoco la Costa Brava se libró de los ataques piratas. Algunos de estos ataques se
    recuerdan aún y los relatos de las fechorías cometidas se conservan en documentos que se
    guardan en los archivos. Uno de ellos habla del ataque de Barbarroja a Palamós y algunas
    poblaciones vecinas. En otro episodio
    les hablamos de ello.  
     
    Quizá vinculado a la presencia del legendario Barbarroja en la Costa Brava nació la
    leyenda del "crit", una historia que nos cuenta por qué la conocida cala lleva
    precisamente ese sonoro nombre. Cuenta esta leyenda que una noche apareció por los
    alrededores una nave pirata venida de tierras moriscas y que no traía muy buenas
    intenciones. Pero la noche protegió a los que moraban cerca de donde atracó el barco
    pirata. Durante unas horas, la espesa niebla impidió a los malhechores aventurarse tierra
    adentro y tuvieron que conformarse con permanecer en la playa dando buena cuenta de unas
    cuantas botellas de licor que seguramente habían expoliado en alguno de sus abordajes.  
     
    Pero pronto el canto de un gallo anunció la llegada del alba, momento que esperaban los
    piratas para atacar. Precisamente, el canto del gallo les condujo hasta la casa más
    cercana a la costa, lo que les pareció un perfecto botín para empezar las fechorías en
    la Costa Brava.  
    Para obligar a los propietarios de la casa a
    abrir las puertas, los piratas prendieron fuego al pajar. El propietario de la casa tenía
    dos hijas preciosas a las que había escondido al percatarse de que el incendio de su
    pajar había sido provocado por un grupo de malhechores. Pero quiso la fatalidad que los
    piratas descubrieran el escondrijo, aprovechando que el padre había salido de la casa
    para intentar salvar su pajar.  
     
    Por suerte, los piratas sólo encontraron a una de las chicas, agazapada en su escondrijo,
    en la buhardilla de la masía. Evidentemente, los piratas secuestraron a la chica, quien
    no dejaba de proferir agudos chillidos pidiendo ayuda a su padre, que no podía dársela,
    puesto que los piratas eran mucho más numerosos. La muchacha, decidida a no dejarse
    secuestrar fácilmente, clavó un tremendo mordisco en la mano del capitán pirata, quien
    profirió otro sonoro grito de dolor.  
     
    Tras la afrenta, al pirata dejó de interesarle la muchacha y la degolló allí mismo, sin
    atender a las peticiones de compasión de su padre, que contemplaba la escena totalmente
    horrorizado. Así fue como acabó el trágico ataque pirata, con la muerte de una muchacha
    inocente, a la que dejaron tirada en el suelo como si fuera un desecho.  
     
    Algunos dicen que la cala El Crit recibe este nombre por el grito de auxilio que emitió
    la chica, y otros que hace referencia al grito de dolor del pirata cuando ésta le
    mordió. Sea como fuere, la bella cala debe su nombre a un aciago suceso.  
      
    
      
        Una cala siempre
        presente en la prensa 
        
        La cala El Crit, uno de los espacios protegidos por el Pla
        d'Espais d'Interès Natural (PEIN) es muchísimo más conocida por las polémicas que han
        rodeado ese espectacular paisaje natural que por las leyendas que se sitúan en la zona,
        una de las más bellas de la Costa Brava. 
        El Crit saltó a la palestra de
        los medios en 1997, cuando diversas asociaciones ecologistas, coordinadas por la
        agrupación Salvem el Crit, denunciaron la tala indiscriminada de árboles, movimientos de
        tierra y el cierre del camino de ronda en el paraje de Cap de Planes, situado en dicha
        cala, por parte del propietario de una finca situada en la zona.  
        A la protesta se unieron partidos
        políticos como el PSC e IC-EV. El pasado año, fueron paralizadas las obras para la
        construcción de un embarcadero al parecer ilegal en la cala.  
        Desde 1997, se han sucedido las
        querellas, las manifestaciones de protesta, las denuncias...  
        Los gritos han vuelto al bello
        paraje de la cala El Crit  
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