Sri Lanka se enfronta
a los mismos dilemas que la India en el Norte: turismo, recolección de coral, mineria de
coral y crecimiento de la población y de la industria. Todo esto amenaza a los arrecifes.
Como la población del país está
aumentando y obtiene el 65% de la proteína de origen animal del océano, los arrecifes
tienen la tendencia a ser particularmente sobre-explotados. Caso de agotar los caladeros
por no gestionar adecuadamente los arrecifes, puede producirse una hambruna.
El Gobierno ha sido incapaz de detener la
mineria de coral y, aunque ha declarado dos reservas marinas Bar Reef y Hikkaduwa, no las
gestiona. Mientras tanto, Hikkaduwa está siendo explotada turísticamente hasta el fin,
vertiendo arena y resíduos orgánicos desde los hoteles en primera línea. Dos tercios de
la cubierta de coral ya no existen.
En 1997 los grupos conservacionistas
internacionales y los biólogos marinos locales, pescadores y operadores de hoteles y
barcos turísticos tomaron las riendas del tema y se pusieron manos a la obra para
intentar salvar el arrecife de Hikkaduwa, entrenando a los trabajadores para la
protección y gestión del arrecife e intentando eliminar activamente la capa de algas que
iba matando los corales.
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