Compartido entre
Israel, Egipto, y Jordania, el Golfo de Aqaba es el punto más septentrional de la región
en que hallamos corales, y está bajo una creciente presión causada por el turismo. Los centros turísticos de Israel y el puerto de
Eilat están contaminando los arrecifes de la zona, y se prevee que se cuadruplique el
turismo a gran escala en la zona para el año 2000.
En Diciembre de 1997 el gobierno
americano concedió 2 millones de dólares para ayudar a Jordania e Israel a construir un
parque marino de arrecifes de coral en el Golfo de Aqaba como parte de los acuerdos de paz
para Oriente Medio.
Pero incluso las zonas protegidas no
están siempre a salvo del error humano: en Abril de 1998 un barco turístico israelí
chocó contra un arrecife particularmente virgen en la reserva coralina de Eilat,
aparentemente porque se soltó de su amarre. "Es un desastre," dice Noam Meshi,
el responsable de la reserva coralina, al Jerusalem Post. "El daño es grande
y el arrecife tardará más de un siglo en reparar el daño causado."
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