Los arrecifes que
tiene Oman en el Mar de Arabia y en el Golfo de Omán son muy bellos y están en buenas
condiciones, gracias principalmente a las bajas densidades de población y a las pocas
ciudades existentes en la costa. Pero
la amenaza de un vertido de petroleo es constante, el desarrollo costero es imparable y se
sabe que aún se practica la pesca con explosivos.
Parte del mérito del buen estado de
conservación de los arrecifes se debe al gobernante de Oman, el Sultán Qaboos bin Said
al-Said, que es conocido como un fanático de la conservación del medio ambiente, por lo
menos para los estándares del Golfo Pérsico.
El Sultán se interesa personalmente en
todos los niveles del turismo y del desarrollo industrial del Golfo de Omán, y ha
promovido la creación de leyes ambientales basadas en la norma: "quien poluciona,
paga".
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